sábado, 30 de diciembre de 2017

LAMBONES ARREPENTIDOS (Y SON ‘PERIODISTAS’)





Va para mis lectores ‘buena vibra’ para el 2018 y el pedido de que con abrazos sumemos energía positiva para que no se cumplan los malos augurios de un desastre económico en Ecuador (dicho por analistas económicos de derecha e izquierda); para que la justicia les haga vomitar a los corruptos de la década correísta los miles de millones de dólares que robaron embobándonos con el cuento de ‘manos limpias’ (sueño de año nuevo); para que alguien de los derechos humanos y de la justicia haga algo para identificar y castigar a los que mataron u ordenaron matar a personas que hicieron denuncias o participaron en protestas en la década correísta.
El periodista honesto nos dio luces para descubrir todo aquello, otros vendieron su silencio por sueldos dorados y ahora aparecen arrepentidos diciendo: “Yo estaba ciego”, o negando: “Yo no fui correísta”.
LOS CRÍMENES QUE NO ‘VIO’
(Alexis Ponce). El ‘cieguito’, un comunicador defensor de los derechos humanos que con megáfano en mano y cargando ataúdes por las calles de Quito protestaba por  torturas, desapariciones y crímenes en el gobierno febrescorderista, en el correísmo pasó al grupo de los ‘defensores de los izquierdos inhumanos’, creadores del imaginario de un gobierno ‘revolucionario’ respetuoso de la vida, y no escuchó insultos, no vio prisiones ni crímenes. Le destapamos los ojos con la lista de crímenes:
Quinto Pazmiño, denunciante de los ‘Pativideos’, apresado por pedido de Correa, murió poco después de salir de la cárcel, y su esposa fue asesinada a tiros.
10 asesinados en el 30S (seis civiles, cuatro uniformados) por la provocación de Correa.
General Jorge Gabela, denunciante de la compra irregular de los helicópteros Dhruv, asesinado a tiros en la sala de su casa.
Fausto Valdiviezo denunció la dilapidación de dinero de los administradores correístas en TC Televisión, Correa lo atacó y terminó asesinado a tiros frente a la casa de su madre.
Cuatro indígenas shuar y saraguros, asesinados en la zona donde una empresa china explota minerales, protegida por la fuerza pública ecuatoriana.
María Fernanda Luzuriaga, ex presidenta de Cofiec, denunció un préstamo ‘flash’ de 800 mil dólares al argentino aventurero Duzac y murió en un extraño accidente de tránsito. Correa defendió personalmente a quienes aprobaron el crédito, incluso, indultó a uno.
Es una muestra. Los crímenes en la década correísta suman 35 (la víctima principal más otras vinculadas a cada caso). Ahora que ya puede ‘ver’, al ‘cieguito’ le recomiendo leer: 35 crímenes vinculados a la denuncia de corrupción y protesta, hubo en el gobierno de Correa. Mariana-neira.blogspot.com y planv.com.ec
DE INSULTADOR A LAMBÓN ONGS
Mientras eso sucedía, el ‘cieguito’ usó los medios públicos para despotricar en contra de organizaciones sociales que, a esas horas en las que él vivía las mieles del poder, eran las únicas que defendían a los ecuatorianos maltratados, asesinados.
Vea: Alexis Ponce USAID youtoube (entrevista de elciudadano, junio 23, 2012.)
https://www.youtube.com/watch?v=JgObvvL7yUs
Cinco años y medio después, cuando se terminaron los sueldos dorados y la embajada de papi, trató de explicar lo inexplicable con este texto que lo ‘pesqué’ en wathsap el martes 12 diciembre 2017: “Un merecido reconocimiento a César (Ricaurte), que fue una de las primeras luces encendidas, que –en la penumbra- alumbró el camino de tantos. Y con su lucha ayudó, a otros más, a quitarnos, por fin, necias vendas, oscuras gafas de una época de ceguera prolongada. Gracias por tu lucha. Y mi  avergonzada ternura, al recobrar la vista”.
¡Otra lambonada en su vida!
DE ESCORPIÓN A ‘APÓSTOL’
(Carlos Ochoa.) Fábula de ‘El escorpión y la rana’:
“Un escorpión le pide a una rana que le ayude a cruzar el río prometiendo no hacerle ningún daño. La rana accede subiéndole a sus espaldas pero cuando están a mitad del trayecto el escorpión pica a la rana. Ésta le pregunta incrédula: ¿Cómo has podido hacer algo así?, ahora moriremos los dos, ante lo que el escorpión responde: No he tenido elección, es mi naturaleza".
Las moralejas de la historia son: “no trates de engañarte con alguien creyendo que es o puede ser igual que tú; hay personas que sacarán su maldad sin importarles las consecuencias de sus actos, ni dañarse incluso a sí mismos”.
“Otra de las interpretaciones aceptadas es que la fábula ilustra a ciertos grupos de personas cuya ambición es tan desmedida que no tienen empacho en destruir las propias circunstancias que los mantienen a flote”. (Tomado de Wikipedia).
No comprendí por qué esta fábula hasta cuando vi la evolución de quien la narró, un personaje siniestro (lamentablemente, ‘periodista’). En la televisión estatal era el gran defensor del gobierno y bufón de sus jefes. (Chistecitos y sonrisitas.) Había que desquitar el sueldo y las canonjías, como aquella de llevar al hijo, con un nombre falso y con gastos pagados por el Estado, a un viaje internacional con Correa. Y desquitar la donación del auto (la Contraloría acaba de glosarle).
Con el tiempo pasó a ‘Inquisidor’ del correísmo que, a fuerza de sanciones y multas, intentaba  imponer a los medios de comunicación la ‘ética correísta’: ver, callar o mentir.
Esa ‘ética’ se evidenció pronto: “Le recuerdo que yo no formo parte del gobierno de Correa… Nunca he formado parte del gobierno de Correa”, negó con cinismo a flor de piel, cuando Janeth Hinostroza le entrevistó. De lambón pasó a ser ‘Pedro’, el apóstol.
CONTRADICTOR CONSTRUCTOR
Estos dos casos trajeron a mi mente la frase de un sacerdote español durante el funeral de César Larrea, un referente del periodismo comunitario. Todos los sábados mucha gente esperaba Últimas Noticias para leer ‘La Voz de los Barrios’, escrita por él. Allí los moradores de los barrios quiteños reclamaban a las autoridades municipales y centrales, calles, escalinatas, servicios de luz, agua, teléfono, alcantarillado, transporte, salud, bomberos, seguridad y un largo etcétera.
El sacerdote destacó ese servicio comunitario y sintetizó con una frase nuestro oficio: ‘El periodista es un contradictor y un constructor’. Lo interpreté así: cuando denuncia enfrenta al poder y le exige ‘construya’ en el país obras, ética, libertad, no pillaje, no mafias. Cuando denuncia crímenes, abusos de autoridad, enfrenta al poder y le exige que ‘construya’ seguridad, tolerancia, respeto a los derechos humanos, no un país de desquiciados donde todos disparen contra todos, donde todos agredan a todos.
El periodista de verdad, dentro de la función que desempeñe (medios o instituciones) debe ser un contradictor y constructor del bien común; no un lambón oportunista en busca espacios para continuar con sus lambonadas.