martes, 30 de abril de 2024

EX PRESIDENTES ‘VENDEPATRIA’

Ecuador va por el segundo ex presidente ‘vendepatria’. El primero fue José María Plácido Caamaño, mandatario interino y constitucional (1883-1888) que “gobernaba sin ton ni son, fuera de toda realidad y concepción de estadista. A su círculo estrecho y privilegiado se llamó “la argolla”. Todo liberal fue perseguido y calumniado con saña. La prensa vivió amordazada. Liberales como Emilio Estrada cayeron en prisión. Y a Caamaño le pusieron por mote el de “treintamillas”, digno sucesor de Veintemillas” (historiador Alfredo Pareja Diezcanseco).

El segundo, con una forma de gobernar parecida a la de Caamaño, es Rafael Vicente Correa Delgado, ahora fugitivo de la justicia por casos de corrupción que hace llamados a un bloqueo económico internacional a Ecuador como castigo por la captura en la embajada de México de su ex vicepresidente Jorge Glas sentenciado también por corrupción y con denuncias hasta por acoso sexual.

DESDE JOVEN, LA REPÚBLICA SINTIÓ LA CORRUPCIÓN

Empecemos con un mal recuerdo. Habían pasado recién 65 años de la constitución de la república del Ecuador cuando se dio el primer caso de corrupción en la cúpula. Lo lideró Caamaño que, engolosinado con el poder, en el gobierno de Luis Cordero (presidente 1892-1895) se hizo elegir gobernador de Guayaquil y por muchas monedas ‘vendió nuestra bandera’. Descubierto, huyó a vivir plácidamente en Europa.

Dejemos que los historiadores cuenten la historia:

“Los agentes del Japón, Charles R. Flinttand Col. de Nueva York se pusieron en contacto con el gobierno de Chile, interesados en el barco Esmeralda. Pero Chile, que había declarado su neutralidad en la guerra entre China y Japón, estaba impedido de vender armas o navíos a uno de los beligerantes. Flint, entonces, buscó un intermediario que no hubiese declarado esta neutralidad”. Era Ecuador. “El Esmeralda debía navegar hasta Honolulu con bandera ecuatoriana, simulando un viaje de prueba, terminado el cual, Ecuador podría comprarlo...Era, en realidad, un préstamo de la bandera, en verdad un contrabando internacional que despertó curiosidad y censuras en el mundo entero, especialmente en América… el escándalo fue decisivo en ayudar a la revolución liberal”.

PRIMERA DENUNCIA PERIODÍSTICA REPUBLICANA

Ayer como ahora, el “contrabando internacional” -equivalente a los actos corruptos en nuestros días- se descubrió por la prensa. ¿Vendría a ser esta la primera denuncia periodística de la era republicana?

“El primer mensaje telegráfico descifrado por José Abel Castillo, Director entonces de ‘El Diario de Avisos’ fundado el 19 de febrero 1888, más tarde El Telégrafo, estaba dirigido por el Cónsul del Ecuador en Nueva York, Modesto Solórzano, a (Plácido) Caamaño, Gobernador de Guayaquil (y decía):

“Flint (un agente de negocios) propone en nombre del gobierno de Chile que el Gobierno del Ecuador tome bajo su nacionalidad el buque de guerra Esmeralda, para conducirlo directamente a Honolulu, donde la nacionalidad se cambiará de acuerdo con las instrucciones que se darán por el Gobierno de Ecuador. En consideración al servicio, Chile ofrece al Ecuador completo apoyo moral y materiales de guerra en caso necesario. Consulte inmediatamente al Gobierno de Quito para enviar instrucciones al Cónsul del Ecuador en Valparaíso”.

La casa comercial Flint hacía, al mismo tiempo, de corresponsal en los Estados Unidos de comerciantes parientes de Caamaño, que habían obtenido contratos con el Estado, repudiados por la prensa de oposición.

Otro mensaje descifrado por José Abel Castillo, decía: “Traduzca con mucho cuidado. Flint ofrece dos mil doscientos cincuenta libras en privado para nosotros. Procure conseguir resultado favorable”. Y la confirmación a este cablegrama fue así: “Sírvase prestar gran atención al telegrama del cónsul. Flint”.

Esto ocurría el 16 de octubre de 1894.

El 19, Caamaño cablegrafió a Solórzano: “Conteste a Flint que tengo mucha dificultad con las autoridades de Quito, y usted procure obtener la recompensa. Contésteme”.

A lo que le respondieron que recibiría la comisión cuando el buque fuera entregado al Japón o, por lo menos, cuando fuera despachado a Honolulu con bandera ecuatoriana.

El presidente Luis Cordero, por fin, autorizó la negociación, en telegrama al Gobernador del Guayas, el 20 de octubre. “Cordero, sin duda, fue inocente. Hombre honorable, pero ingenuo, parece haber creído que, por ese medio, tan desusado, por decir lo menos, conseguiría el apoyo de Chile para la solución de nuestro conflicto con el Perú… Históricamente por desgracia, nada salva de responsabilidad a Luis Cordero…”

El contrato de venta, entre el Gobierno del Ecuador y de Japón, se firmó en Nueva York el 23 de noviembre de 1894, por el cónsul Solórzano y el ministro japonés. El 3 de diciembre, Caamaño empezó a reclamar su comisión, cuyo monto, que sufrió rebajas y después aumentos, debido a las dificultades del negocio y al regateo, ascendió a cuatro mil libras esterlinas. Véase este telegrama de Solórzano a Caamaño, fechado el 5 de diciembre: “La gratificación de 4 mil libras será pagada al contado a la final y segura entrega del buque…”

Pero el 10 de diciembre, Caamaño cablegrafió: “Sin posteriores noticias no telegrafíe en ningún caso. Gran excitación hoy”.

Era que el pueblo decidió hacer justicia...

Un día, en Guayaquil amanecieron cubiertas de mantos negros las estatuas de los próceres. Los balcones de la casa de Caamaño fueron amenazados por la multitud. En las cantinas del suburbio montuvio, se alzó el bronco grito rebelde de ¡Viva Alfaro! Corrió por los cuatro lados de la República el poderoso viento de la renovación… En Quito, el pueblo patriota fue ametrallado porque gritaba a diario en las calles…: “Presidente, Presidente, ¿qué has hecho con la bandera?”

La debilidad de Cordero lo conducía a la ruina. Nada podía contra el potentado don Plácido. Y nada tampoco a pesar de los muertos en los motines, contra el pueblo…

Una asamblea popular en Guayaquil designó un comité investigador… pidió el 4 de enero de 1895 al Presidente de la República su renuncia… Plácido Caamaño publicó una aclaración descargando su responsabilidad en el Gobierno. Después, don Plácido, una medianoche fugó del país.

Nunca se supo si don Plácido recibió o no la comisión, si la pagaron los intermediarios o si la birló alguno de los socios en el negociado. Caído y prófugo, Caamaño no era ya necesario para los mercaderes. Algunas aclaraciones se publicaron para probar la pobreza en que vivió después…

Caamaño fugó, pero Cordero quedó convertido en víctima.

Y empezó la lucha armada… Las alegres montoneras se extendieron por el Norte, por el Centro, por el Litoral.

En abril, el presidente Cordero dimitió después de la sublevación de un batallón en Quito, el “Flores”, que se batió contra un regimiento de artillería.

Le sucedió el vicepresidente Vicente Lucio Salazar, conservador que pretendió detener lo incontenible -la revolución liberal- con prisiones y destierros.

Las muchachas cantaban por las calles:

“Ladrones los de La Argolla,/

Vendieron nuestra bandera,/

Y nos salen con la farsa/

De que fue la de Noguera”.

(Narraciones de libros: ‘Ecuador, la república de 1830 a nuestros días’, de Alfredo Pareja Diezcanseco, e ‘Historia del Ecuador, época republicana’, de Enrique Ayala Mora Mora).

RC TRAICIÓN A LA PATRIA

En el tiempo presente, la ministra de trabajo, Ivonne Núñez, denunció a título personal a Rafael Correa, defensor de México y acusador de Ecuador, por ‘traición a la patria’ porque, luego del apresamiento a Glas en la embajada de México, el ex presidente dijo en varios medios de comunicación nacionales e internacionales, entre otras cosas: “… es primera vez en historia que sin consentimiento del gobierno se entra a una sede diplomática que es suelo extranjero eso es un ‘casus Belli’, es motivo de guerra”. Más adelante Correa dijo: “…fácilmente México la segunda economía latinoamericana de las dos economías más grandes del planeta, podría bloquear el puerto de Guayaquil donde entra y sale el 80% de comercio internacional y nos hace quebrar en dos meses”.

La denunciante se acogió al artículo 353 del Código Orgánico Integral Penal que dice: “Traición a la Patria.- Será sancionada con pena privativa de libertad de siete a diez años, en tiempo de paz, y con pena privativa de libertad de diez a trece años, en conflicto armado, la persona que realice alguno de los siguientes actos, aun contra fuerzas aliadas” y cita varios literales, pero la ministra considera que Correa cometió el delito mencionado en el literal 11: “Divulgar noticias con la intención de infundir pánico, desaliento o desorden en las tropas o ejecutar cualquier acto que pueda producir iguales consecuencias”.

La ministra Núñez solicitó, además, que se cancelen las cuentas de redes sociales de Rafael Correa. A ver si así le ponen freno al tremendo bullying contra los ecuatorianos que no coinciden con sus malos pensamientos y actos.

Lo que no está claro es, si llegara a ser condenado, tras cumplir la pena podría ser candidato a presidente. Los jueces lo dirán.

MN 30 abril 2024.

1 comentarios:

A las 1 de mayo de 2024, 23:08 , Blogger Marco Villarruel A. ha dicho...

Muy interesante. Merece reproducirse allá donde sea posible.

 

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