jueves, 30 de noviembre de 2017

MONUMENTOS A LAS COIMAS


El único monumento a la coima que existe en el mundo, está en Argentina. Eso dice un periodista de ese país. Ecuador tiene que decidir en cuál de las obras construidas con sobreprecios colocará el monumento que simbolice diez años de saqueo.
La historia del monumento argentino fue publicada por el periodista Luis Gasulla en su libro El negocio Político de la Obra Pública. Ese “único monumento a la coima que existe en el mundo, es la estatua que está en el viejo edificio de Obras Públicas, hoy sede del Ministerio de Salud, en plena avenida 9 de Julio… Dos estatuas, heladas, de piedra, sorprenden ubicadas en los vórtices de un edificio de Buenos Aires, una con un cofre en las manos y la otra con una mano extendida hacia atrás, pegada al cuerpo, con la palma hacia afuera, mirando hacia abajo, distraída o avergonzada, con un dejo de culpa… Y aunque está a la vista de todos, muy pocos conocen su existencia”.
Lo mismo sucede con la coima, todos ven como de la nada surgen nuevos ricos, pero pocos aceptan sea por coima.
Según el resumen del libro de Gasulla que publicó Infobae el 8 de marzo 2017, “Estas estatuas no figuran en el proyecto original del edificio ni en los planos ni en ningún archivo… De acuerdo a la versión más firme, fueron encargadas al artista Troiano Troiani… las estatuas representan una denuncia sutil, una alegoría de lo que pasaba en los años 30 con la obra pública… Por aquellos años se trazaba la avenida 9 de Julio, y el edificio en 1933 dificultaba el trabajo. Idas y venidas, incluso pago de “incentivos” (coimas), intentaban acelerar la obra”.
“Sí, Argentina cuenta con el único monumento al soborno que existe en el mundo. Pero debemos señalar también que la manera de recibirlo se fue diversificando en la última década: ni la mano de palma externa pegada al cuerpo, de una estatua, ni el cofre en el pecho de la otra, hubieran alcanzado para lo que se llevó la última década de signo kirchnerista”.
“La profecía de piedra no dimensionó bolsos, bóvedas, cajas fuertes, ni agujeros en el piso de casas de funcionarios y conventos, que fueron necesarios desarrollar para almacenar la incalculable cantidad de dinero que se desvió a las arcas ilegales, mayoritariamente de la tan vapuleada obra pública”.
¿DÓNDE PONEMOS EL MONUMENTO ECUATORIANO?
Ecuador tiene 64 casos de macro corrupción registrados en el Museo de la Corrupción creado por planv.com.ec. Debemos decidir en cuál de estas obras de la ‘revolución’ construiremos el monumento a la coima que debe tener, como adornos, caletas, cajas fuertes, aviones, mansiones y carros de lujo, computadoras, bancos, empresas, paraísos fiscales y una cadena de tíos, suegros, hijos, esposas ayudando al lleve. O sea, las nuevas técnicas de robo al Estado detectadas en Argentina, que son iguales a las de Ecuador.
Pero nuestros monumentos a la corrupción deben ser varios e ir divididos por áreas y regiones. Se me ocurre, por ejemplo, simbolizar la corrupción en materia petrolera con monumentos a la coima en la Refinería de Esmeraldas y un pozo petrolero. En educación, Yachay y las escuelas del milenio. En salud, las ambulancias. Quito debería tener dos monumentos: la Ruta Viva que bien podría llamarse la Ruta de los Vivos, y la Plataforma Financiera que por sus inundaciones frecuentes, le encaja preciso el nombre de Plataforma Náutica que le puso un quiteño.


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