sábado, 16 de noviembre de 2019

‘DONDE MANDA CAPITÁN, NO MANDA MARINERO’


Por Mariana Neira

Se equivocan quienes creen que Nicolás Maduro y su círculo socialista son los responsables de la violencia en América Latina. Es sobredimensionarlos. Y se equivocan los activistas de las organizaciones sociales que suponen que con solo salir a las calles pueden cambiar presidente. Solo el visto bueno de los militares lo permite. Ejemplos: Venezuela y Bolivia.
Para comprender mejor la violencia escalonada que vive América Latina, tenemos que empezar por ubicar a quienes la originan.
Aunque muchos discrepen, estamos frente a una disputa entre las tres potencias mundiales: Estados Unidos, Rusia y China, por la posesión de la mayor cantidad de territorios, recursos naturales, minerales, comunicaciones y toda clase de tecnologías, mercados. Quieren hacer negocios por todas las vías para acumular dinero porque, muy bien saben, el dinero da poder y el poder permite el control e influencia sobre todos los países del mundo. Rusia y China ya lo tienen sobre sus vecinos de Medio Oriente, así como en África. Ahora quieren América Latina que tiene por vecino –bueno o malo- a Estados Unidos, el líder del capitalismo.
Estamos viendo el retorno de los ‘cabezones’ y ‘chinos’ (Rusia y China) que antes de la caída del muro de Berlín se peleaban a muerte con los ‘yanquis’ (Estados Unidos), y entre ellos mismos. En nuestros tiempos de universidad, los cabezones y los rusos se odiaban, ahora son grandes amigos. En sus filas estaban intelectuales, profesores, estudiantes (algunos, agentes pagados por esos gobiernos, decían) que trataban de reclutarnos por las buenas o por las malas. Ahora esta ‘guerra’ se ha traslado a los países donde los reclutados son los líderes y los militares que dan el visto bueno o rechazan el cambio ideológico.
‘HOJA DE RUTA’ DE LOS ‘SOCIALISTAS’
Con ese plan de expansión mundial, Rusia y China trazaron su hoja de ruta usando el don seductor del mandatario cubano Fidel Castro que inició su cruzada ideológica con su servicio de ‘inteligencia’, entidad poderosa en Cuba que preparó los perfiles de quienes convenían como presidentes para que aplicaran la teoría del Socialismo Siglo XXI que más o menos propone: ¡Fuera yanquis explotadores!, ¡fuera capitalismo salvaje¡ ¡Bienvenidos rusos y chinos!, ¡bienvenido el socialismo! Convenían para presidentes los intelectualmente limitados, medio locos o locos y medio, ególatras, corruptos. Ellos eran fáciles de manejarlos, comprables, chantajeables.
Después Castro hizo sus acercamientos (lobby). El primer reclutado (prensa y libros dicen que incluso por medio de brujerías) fue Hugo Chávez, presidente de Venezuela. Tras su muerte le sucedió Nicolás Maduro y, rusos y chinos les ‘amarraron’ a los dos con  voluminosos créditos, inversiones en petróleo, ventas de armas sofisticadas (incluso planearon instalar una planta de ametralladoras Kalashnikov). Notas de prensa mencionan que a octubre 2019, la deuda de Venezuela con Rusia estaba en 3 mil millones de dólares y con China en 20 mil millones.
Con este método de seducción impusieron presidentes del Socialismo Siglo XXI en Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Nicaragua, Uruguay.
PERO LOS MILITARES MANDAN
Por su experiencia en Cuba, Castro vio como requisito indispensable para el éxito de la ‘revolución socialista’, una fuerza armada con ideología socialista. Ese era el mayor desafío porque las fuerzas armadas americanas se sentían cómodas con los estudios y entrenamientos que recibían del ‘imperio yanqui’ (Estados Unidos).
Hugo Chávez, primero, Maduro, después, se predispusieron a lograr el cambio de ideología en sus fuerzas armadas militar y policial, y lo hicieron, se dice, usando como cebo para los oficiales dinero, cargos más el encubrimiento de su corrupción y participación en el narcotráfico. Simultáneamente organizaron a la población en milicias a las que dotaron de motos y armas, y aterrorizan a la población porque espían y denuncian a los contrarios al régimen, asaltan, roban y matan como delincuentes comunes. A estas fuerzas constituidas legalmente se sumó el apoyo de paramilitares, guerrilleros y narcotraficantes a cambio de que les dejaran vivir y operar en territorio venezolano, sin ser molestados.
Todos ellos, dicen, están defendiendo la ideología socialista, pero por notas de prensa y voces incluso de izquierdistas, vemos que están involucrados en juicios internacionales por narcotráfico, lavado de dinero y crímenes, y llevan una vida de lujo en Europa, Estados Unidos, en su mismo país. Se han convertido en mafias a las que poco les importa el hambre y la emigración del pueblo al que tanto mencionan, solo los negocios lícitos e ilícitos que les da dinero y poder. Maduro está en su grupo, por eso le sostienen en la presidencia a rajatabla pese a la denuncia de que en su última elección (mayo 2018) triunfó con fraude electoral. A los militares que le sostienen no les importa eso ni los ruegos del presidente nombrado por la oposición, Juan Guaidó quien, con decenas de países que lo respaldan, pide a los militares escuchar la voz del pueblo y acabar con la dictadura de Maduro. Ellos no actúan y demuestran que quien tiene las armas, tiene el mando.
Por este éxito de la conversión de los militares capitalistas de Venezuela a ‘socialistas’, Castro, Chávez y Maduro creyeron sucedería igual en los demás países alineados con el Socialismo del Siglo XXI, pero no fue así. Un ejemplo es Bolivia.
En este país, su presidente Evo Morales se burló del referéndum de febrero 2016 en el cual los bolivianos votaron en contra de la reelección presidencial indefinida. Ya no querían a Morales pese a ser el único socialista del siglo XXI que manejó exitosamente la economía de su país. Morales no se dio por vencido y tras una manipulación legal se candidatizó a la reelección. Dijo que ganó en la primera vuelta, pero una comisión de la OEA descubrió un supuesto fraude electoral y las masas de civiles opositores salieron a las calles para pedir la renuncia del presidente. Hubo muchísimos menos muertos que en las marchas en Venezuela, pero la violencia crecía y los militares le pidieron a Morales ‘diera un paso al costado’. Ahora está exiliado en México con la amargura de no haber podido convertir a los militares de su país en ‘socioslistos’ (mafias), pese a que les mimó con cargos en el gobierno, impulsó las empresas militares. Es otra prueba de que quien tiene las armas, tiene el mando.
¿CÓMO ESTÁN LOS MILITARES EN ECUADOR?
Por lo sucedido en octubre pasado 2019 (levantamiento indígena acolitado por correístas), creemos que en Ecuador el ex presidente ‘socialista’ Rafael Correa, no pudo convertir en ‘socioslistos’ a los militares, peor a los policías con quienes se enfrentó desde el 30 de septiembre 2010 acusándoles de intento de golpe de Estado.
Pero para que su jefe no se quedara con las ganas de tener su ‘ejército’, sus subalternos se dedicaron a reclutar y organizar a civiles (mestizos e indígenas) a quienes les prepararon clandestinamente en artes militares, paradójicamente, con instructores militares activos. Estos grupos –correístas dicen las autoridades- hicieron su debut en las calles, en octubre pasado, demostrando que están listos para una guerra urbana con peleas cuerpo a cuerpo,  piedras, palos, fierros, escudos metálicos, lanzacohetes y bombas caseros. Así atacaron a las personas que no se unían a su ‘lucha’, a sus vehículos, negocios, casas; quemaron edificios públicos y privados, secuestraron a periodistas, policías y militares, intentaron atacar a cinco recintos militares.
Lo sucedido indica que hay un embrión de ‘milicia’ al que debe vigilarse porque puede ser cortejado por los traficantes de armas y comprar armas industriales por su cuenta o que sus jefes les compren. Y, si como dijo el presidente Lenin Morreno, ciudadanos comunes están consultando la posibilidad de armarse para defender sus casas, sus barrios, sus negocios de los vándalos que se mezclan en las manifestaciones, estaríamos frente al riesgo de grandes enfrentamientos armados. Entonces, el ‘país de paz’ del que tanto nos vanagloriamos los ecuatorianos se acabaría.



0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio