domingo, 19 de mayo de 2019

‘LIMPIA’ DEBIÓ HACERSE EN LA CONTRALORÍA


Por Mariana Neira

Ritual indígena de una ‘limpia’:
El bastón de mando significa darle al elegido poder para que ‘gobierne con sabiduría’.
El poncho y  el sombrero son símbolos de su cultura, significa que los indígenas depositan su confianza en el elegido.
La ‘limpia’ con ramas, plantas, flores y licor bendecidos es para sacar del cuerpo del elegido los malos espíritus.
No está claro, pero el ritual también comprometería a la nueva autoridad a: Ama llulla, Ama shua, Ama quilla. En castellano: no mentir, no robar, no ser ocioso.
Si no cumplen sus promesas, se les quita el bastón.

El cambio de alcaldes y prefectos provocó una ‘fiebre’ de entrega de bastones de mando, ponchos y sombreros, más ‘limpias’ a las nuevas autoridades.
Es una tradición indígena, llena de buenas intenciones, que debería combinarse con la norma mestiza que obliga a todo funcionario público que comienza una función a realizar su declaración juramentada de bienes en la Contraloría.
Y, pensándolo bien, dado que en los dos casos el objetivo es el mismo: comprometer al nuevo funcionario a no ser corrupto, este ceremonial indígena debería realizarse en la puerta de la Contraloría y con una condición: toda nueva autoridad debería presentarse allí con su declaración de bienes y entregarle al shamán (que hace la ‘limpia’) una copia para que sea el depositario y testigo del compromiso de la nueva autoridad a un manejo honesto de los bienes públicos que le tocará administrar.
Para vigilar que esa promesa se cumpla deberían estar los ojos, los oídos y las bocas de los shamanes, sus súbditos y mestizos bien abiertos para, en el momento oportuno, denunciar las vivezas criollas, picardías, robos, coimas.
Esta actitud vigilante debería mantenerse hasta el final, cuando la autoridad deja su cargo con otra declaración de bienes en la Contraloría. Entonces, el shamán con sus súbditos y los mestizos deberíamos estar presentes para observar cuántos bienes adquirió esa autoridad durante su gobierno. Si el monto de los nuevos bienes superara a la lógica matemática (comparación de ingresos con egresos), a esa autoridad se le exigirá explique por qué sale con más plata que cuando entró.
Entonces sí estaríamos cumpliendo nuestro rol de ciudadanos activos cumplidores de un deber cívico para evitar que los funcionarios públicos nos roben como nos robaron antes. Lamentablemente los ecuatorianos no estamos haciendo eso; somos lentos, no actuamos o actuamos tarde, cuando ya se llevaron el santo y la limosna.
Por eso se dan hechos increíbles, como que algunos implicados en hechos de corrupción en la década pasada y no recibieron sanción alguna, en los últimos comicios fueron elegidos para gobernarnos, como el ‘emprendedor’ que hizo una ‘feria’ y autoadjudicación de frecuencias del Estado. Con un recurso ajeno (del Estado) llegó a ser exitoso, pero por ahí está escuchándose que sus empresas ahora andan con problemas financieros. La pregunta es: ¿cuándo el ‘emprendedor’ deje el cargo, sus empresas seguirán con los mismos problemas o se habrá producido el ‘milagro’ de la recuperación exitosa de su ‘emprendimiento’?
Con plata ajena, con plata del Estado, todo emprendedor es exitoso. Basta ver la lista de corruptos que ‘emprendieron’ saqueando al Estado y ahora están perseguidos por la justicia, huyendo como ratas cuando el barco se hunde.
Hay que vigilar al Estado para que no se llene de ratas.


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